Ahora que todo mundo en el espectáculo en México se puso como loco por la «operación salvavidas» de las nalgas de Alejandra Guzmán, recordé que artistas como ella han llegado a la fama por medio de una promoción engañosa que argumenta que hacen rock genuino, cuando lo único que se percibe es un pop barato con guitarras distorsionadas para «hacer» como que tocan rocanrol.
Ejemplos de estos «ídolos del rock » de a mentiritas existen varios y aquí los recordamos:
Laureno Brizuela: En los tiempos del nefasto y extinto Raúl Velasco, su programa de repente sorprendió al promocionar a un argentino que se hacía llamar «El ángel del rock», yo que en aquel tiempo ya había escuchado suficiente metal y pop inglés, me di cuenta que su apodo sólo era una forma de venderle a la gente que la emisión «más vista» de México también presentaba a «rockeros». Como pasa en estos casos, vendió muchos discos y luego terminó en la cárcel algunos meses por no pagar impuestos y desapareció para siempre.
Laureano Brizuela fue el «ángel del rock»
Erik Rubín: Este cantante que salió de la exitosa y popera banda Timbiriche (cuando tuvo pelo) se dejó la cabellera larga, se puso jeans rotos, tomó una acústica y vendió la idea de que también era muy «rockero», con el apoyo descomunal en publicidad de la más grande televisora de México, Televisa.
Cierto día un ex amigo llegó a decirme que Rubín se había colocado alto con puros comerciales y le contesté que no le duraría mucho tiempo el gusto y así fue. Después de su balada «Cuando mueres por alguien» no volvimos a saber de su música «rockera», hasta que se puso nuevamente su uniforme de Timbiriche con sus ex compañeros en un reencuentro redituable.
Erik Rubín perdió la cabellera
Alejandra Guzmán: Lo único que tiene de «rockera» son los excesos en que han caído diversos dioses del rock, o sea sexo, drogas y alcohol. No le niego la intensidad con la que actúa en el escenario, pero alguna vez llegué a verla en vivo y todo lo que vi fue una niña consentida que con mucho dinero y el total apoyo de la industria musical mexicana conquistó un mercado.
Alejandra Guzmán con su clásica pose «rocker»
Moderatto: El grupo del momento, aunque creo que les falta poco para desaparecer, tampoco tocan rock, menos heavy metal, aunque insistan en eso con sus fans. Me parecen una banda al estilo de Qué payasos, pero por lo menos estos tienen más honestidad al ponerse el nombre de lo que realmente son.
Supongo que a algunos de los integrantes de Fobia –la mayoría de los Moderatto provienen de ese legendario grupo– les faltaba dinero y por eso idearon crear esta banda que tiene cautivo a un público que escucha a Juan Gabriel o a Marco Antonio Solís, pero que de vez en cuando pasan por el material de Kiss o Marilyn Manson.
Son un grupo parodia y de hecho se la pasan burlándose de los clichés del rock, aunque en ese intento ellos mismos provocan que muchos nos mofemos de su proyecto y sus negras intenciones de hacer dinero como sea. Por ellos me la paso corrigiendo a chavitos que confunden el rock con las papas fritas.
Moderatto con sus ridículos disfraces
Maná: Esta agrupación ha mantenido un nivel comercial constante, posicionándose como una banda importante en la industria musical en español, pero no son rock y eso se ha discutido hasta el cansancio con fans de esta música, sin embargo a ellos les vale y siguen promocionándose como un grupo rockero.
Sabemos que una de sus influencias principales es Police, pero no porque admiren los inicios de Sting, quiere decir que esto los convierte en rockeros, sólo son una buena banda que combina ritmos latinos con música pop y nada más.
Maná tiene tiempo dominando los charts poperos
Enrique Guzmán, César Costa, Manolo Muñoz (Q.E.P.D), Alberto Vázquez y Angelica María: Es lamentable que los medios tengan décadas diciendo que estos intérpretes sean los iniciadores del rocanrol mexicano, cuando son artistas que se han dedicado más a la actuación o a los programas de variedades.
Si alguna vez Enrique Guzmán (papá de Alejandra Guzmán), cantó «La plaga» con los Teen Tops, no lo hace el intérprete más influyente de este ritmo en México, ya que después los abandonó para dedicarse a cantar con violines y orquesta.
Guzmán junto a los demás ya mencionados, sólo son baladistas con voces de medio nivel, a excepción del extinto Manolo Muñoz, quien para ser sincero tenía una gran voz. Así que si alguien vuelve a decirles que estos intérpretes hacían rocanrol, olvídenlo, es una mentira de viejitos.
Enrique Guzmán cantando sus baladas
The Monkees: Si buscas la biografía de esta banda en wikipedia, los catalogan como una banda de rock, pero la realidad es que fueron un grupo prefabricado nacido de una serie televisiva y que tenían tintes de música rock, que es algo muy distinto. Realmente fueron los precursores que dieron la idea a muchos productores de reunir a gente asalariada para «hacer música» y ellos ganar mucho dinero.
The Monkees fue un éxito para el bolsillo de sus manejadores
Café Tacvba: Esta exitosa agrupación tiene diversos estilos y en ocasiones hacen rock. Ellos mismos han declarado que no son precisamente una banda rockera, pero los medios y algunos de sus fans insisten en que son el máximo representante en México de este género.
En lo particular, los tacvbos nunca me han gustado, me gustan las cosas concretas, no esas revolturas de fusión, del cual abusan en exceso comúnmente las bandas de rock en español y que terminan en su búsqueda de algo original en música intrascendente.
Café Tacvba captado por la cámara
Y como siempre aclaro, que no sean rockers estas personalidades, no quiere decir que su música no tenga que ser escuchada por sus seguidores, pero desearía que sean más honestos a la hora de vender sus productos.
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