Robert Smith un ejemplo de rocker a seguir con mucho maquillaje
Cuántas veces he escuchado que el rock es un estilo de vida, que de repente me entró la necesidad de cuestionarme hasta qué punto este enunciado puede ser una realidad en una persona común y corriente, fuera de lo que es un rock-star, que sin duda alguna vive de esa música y todo se lo debe a ese género.
Por ejemplo, hay gente que por su ropa, ya sea una camiseta de una banda, su forma de hablar, caminar o incluso su cabellera, te podría dar indicios de que lleva el estilo de vida del rock, pero ¿cuál es ese estilo? o ¿cuáles son los requisitos para entrar en esa vida?
Quizás algunos me podrían contestar que te conviertes en rockero por llevar la cabellera larga o los pelos parados o una chamarra de cuero al estilo de los Ramones, pero eso sólo entraría en lo que es el mundo vanidoso de la moda. Desde mi perspectiva personal, en mi época de músico, muchas veces toqué en bares con gente que se veía rockera, pero terminaban cantando a Los Tigres del Norte, como cualquier fan de música regional.
De hecho esa actitud de ver personas que podían cambiar de forma extrema de gusto musical, me hizo reflexionar y concluir que no valía la pena seguir armando una banda para tocar ante gente que no tenía ni idea de lo que era realmente el rock y sólo iban a emborracharse viéndote tocar, dándoles lo mismo siinterpretabas a Metallica y de inmediato ponían en las bocinas a La Sonora Santanera.
Pero….¡ alto! No caigamos en traumas personales, mejor recordemos lo que alguna vez dijo Johnny Rotten de los Sex Pistols, cuando lo cuestionaron sobre el boom punk que hubo a finales de los 70’s y concluyó que traer pelos de punta como él, no te convertía precisamente en un punketo, sino que tenías que crear un estilo propio para protestar por todo lo establecido, incluso contra el mismo rock, y a él no le caía nada bien la música que hacían súper estrellas como Queen o David Bowie. Es decir, todo se basaba en ser honesto y criticar abiertamente todo lo que no te parecía, por eso es que siempre etiquetó a su propio y extinto bajista Sid Vicious como una caricatura del punk.
Y si lo analizamos, The Clash, The Ramones y The Damned, no se parecían en nada, ni en su música ni en su imagen, pero seguían siendo punks, además hicieron la música más honesta de la que se tenga memoria en el rock. A final de cuentas mostraban que tenían un estilo de vida real, que no sólo se basaba en el dinero, por eso es que cuando Green Day aparecen como nuevos punketos de los 90’s, fueron inmediatamente etiquetados como happy punks.
El punk recuperó un poco la rebeldía que dio origen al nacimiento del rock, donde el chico blanco cuestionaba a sus padres racistas por prohibirles que disfrutaran y escucharan música hecha por los negros. Esa maravillosa combinación de gustos de diferentes razas, fue lo que hizo al rock, pero en esencia era una protesta.
Así que llevar un estilo de vida del rock, podría quizás confundirse con que ser uno de esos tipos que hacen manifestaciones por todo para exigir respuestas del gobierno, pero tampoco va por ahí, quizás lo más cercano sea el cuestionamiento intelectual ante la propia vida que llevas o los problemas que ves a tu alrededor. Es como una denuncia constante, pero sin querer realmente hacerte el héroe.
Suena hermoso, pero también está el lado del fanático del rock que sólo quiere divertirse con buenas dosis de volumen con sus mejores bandas, asistiendo a todos los conciertos que pueda, devorando todas las revistas rockeras, comentando todos los sitios que hablen de sus grupos, además de crear su propia colección privada de música para presumirla al primer amigo que lleve a casa, pero corre el riesgo de quedar en sólo una víctima más del consumismo, con la diferencia de que en vez de que compre zapatos, gasta su dinero en rock.
Hace poco U2 cuestionó que su disco no se estaba vendiendo como hubieran deseado y comprobaron -lo que se ha dicho antes- el consumidor de música ya no le interesa tener un CD, sino más bien el archivo para combinarlo con otras bandas. Aunque no lo afirmaron, el cuestionamiento de Bono y compañía iba dirigido hacía que probablemente se estén viviendo los últimos días de popularidad del rock, porque si ellos ya no venden, pues ¿cómo le irá a los demás?
Curiosamente es ahí donde entraría el estilo de vida del rock, ya que en una época donde todos escuchan hip-hop, reggeaton, norteñas, duranguense, pop bailable y otros ritmos, seguir escuchando la música que creó Chuck Berry, Little Richard o Elvis Presley, te hace prácticamente un sobreviviente o hasta un elitista musical y la élite, sin duda, es una forma de vivir.
Ya no importa que no uses pelo largo, incluso puedes usar tu saco y corbata diariamente, vestir traje sastre, y tener la imagen de un padre o madre de familia cualquiera, pero en tus bocinas seguirá sonando Black Sabbath, The Cure, Santana o Def Leppard.
Y mantendrás una actitud rebelde siempre contra lo establecido, porque seguramente, serás el que más se enfrenta al jefe, el que más ha renunciado a un trabajo, el que más vive apasionadamente, el que sigue soltero, el que más se ha divorciado o hasta el más fiel del mundo cuando encuentras a la compañera que escucha a Testament.
O quizás eres el que se emociona cuando un niño baila con Mötley Crüe, el que vive su vida acompañado siempre con una rola de una banda de rock, el que hace el blog de su estrella favorita sin que la paguen nada, o el que recomienda siempre a un grupo para que te hagas fan de ellos.
Casi puedo apostar y sino que se me aparezca el diablo ahorita, tú solamente pones a Siouxsie o a Megadeth, a todo volumen en tu vecindario, ya que eres el único en tu calle que escucha rock del bueno, del chingón.
Y eso es un estilo de vida y no depende de tu imagen, sino de lo que sientas y de la pasión que tengas por el rock. Por eso muchas veces me pregunto de dónde sale tanta gente en los conciertos, cuando en tu cuadra todos están escuchando a Wisin y Yandel. Tristemente creo que son los mismos que fueron a ver a Metallica, porque su pareja los llevó.
Mejor relajémonos, pero creo que en pocos años el rock se volverá tan elitista como el jazz, y sólo será para unos miles, ya no para millones, es así donde verdaderamente se volverá un estilo de vida sin ningún cuestionamiento.
SALUD Y LARGA VIDA AL ROCK.